jueves, 7 de marzo de 2013

¿MIEDO O VALENTÍA?

Ha sido un día duro.
Uno de los pacientes que he llevado es un chico jóven, que no llega a los 30 años, y está ingresado por un intento de suicidio. Se intoxicó por una ingesta elevada de un fármaco y, por lo que sabemos a través de la familia, no es la primera vez que lo hace.




En realidad a este paciente también le llevé ayer, pero hoy ha habido algo que me ha hecho irme de las prácticas sin poder pensar en otra cosa que no fuese él:
Durante la hora de la visita de las familias me he acercado un segundo a la habitación a tomarle las constantes, ya que se realiza cada hora, y apuntarlo en el registro.
Al entrar en la habitación me encontré con la madre del paciente. Estaba muy preocupada y me pregutó cómo se encontraba su hijo y si se iba a poner bien. Lloraba y no hacía más que repetir que no entendía por qué su hijo hacía eso, que ya era la segunda vez y que no sabía qué hacer.
Después entró su primo, preguntando también por su estado y queriendo quedarse con toda la información bien para poder transmitirla al resto de familiares.

Llegados a este punto empecé a pensar y a preguntarme a mí misma sobre qué es lo que puede hacer que este chico quiera morirse. Hay que partir del punto de que, este paciente, padece una enfermedad psiquiátrica, pero no se sabe cual. Reflexionando sobre ello se puede pensar que es esta enfermedad de base la que le impulsa a realizar estos actos autolíticos, pero fui más allá mientras le daba vueltas de camino a mi casa: en este caso concreto se podría pensar que un brote psiquiátrico es lo que le ha llevado a ingerir las pastillas. Pero, ¿y la cantidad de personas que intentan suicidarse sin esta causa?

Me hace pensar mucho este tipo de cuistión porque, por ejemplo en el caso de este paciente,  tiene una familia preocupada por él, con la que contar. La madre estaba realmente angustiada por su hijo, su primo también, este paciente no está solo. Y como él, hay mucha gente que intenta suicidarse (sin patología psiquiátrica que le lleve a hacerlo)  que también cuenta con un gran apoyo familiar.
Esto me hace plantearme qué motivos o qué situaciones son lo suficientemente fuertes para que sobrepasen a estas personas, y que prefieran desaparecer a enfrentarlo. Gente joven, como este chico, que tiene toda una vida por delante de oportunidades, sueños, disfrutar de su gente y su familia... y dejan todo eso de lado.

Empecé a buscar información para intentar entender un poco más qué es lo que lleva a las personas a realizar un intento de suicidio o a suicidarse, si lo consiguen. Encontré este artículo:

  * Pérez Barrero Sergio Andrés. El suicidio, comportamiento y prevención. Rev Cubana Med Gen Integr [revista en la Internet]. 1999 Abr [citado 2013 Mar 07] ; 15(2): 196-217. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21251999000200013&lng=es.

Me llamó la atención porque no solo te habla del suicidio en adultos, si no que refleja incluso los factores de riesgo de suicidio que aparecen en la niñez; cosas que se han podido vivir y no se han superado, o cosas que están viviendo en el momento actual y no consiguen sobrepasarlas (en el caso de suicidas muy jóvenes, adolescentes). Encontré los siguientes factores de riesgo:

  • Presenciar acontecimientos dolorosos (divorcio, separación, muerte de un ser querido).
  • Problemas con las relaciones paterno-filiales.
  • Problemas escolares.
  • Llamadas de atención de padres o maestros con carácter humillante.
  • Búsqueda de afecto y atención.
  • Agredir a otros.
  • Deseos de reunirse con un ser querido fallecido.

  • Planteándome cada uno de ellos me he dado cuenta de que son cosas que nos han podido pasar a cualquiera, y que probablemente durante nuestra vida, por desgracia, al memos una de ellas si las tengamos que vivir. Pero no por ello todo el mundo tiene ideas autolíticas, lo que me hace plantearme las grandes diferencias que hay entre las personas a la hora de afrontar una situación. Me hace plantearme la gran sensibilidad de algunas personas que son capaces de quitarse la vida por situaciones como estas porque les sobrepasan, porque realmente no pueden seguir adelante con ello.

    Es muy duro imaginar hasta qué punto una persona lo pasa mal como para llegar al extremo de quitarse la vida. Y de aquí sale el título de esta entrada del blog:
    Se puede pensar que el suicidarse es un acto de cobardía, de miedo, por no enfrentarte a la situación que se te plantea en tu vida. Pero por otro lado me pongo en el lugar de estas personas y, por muy mal que lo estuviese pasando, no me veo capaz de dar el paso a pegarme un tiro, o tirarme a las vias de un tren. Creo que hay que ser realmente valiente para apretar el gatillo, y aquí es dónde yo me pierdo en los pensamientos de un suicida, porque en realidad creo que hay que ser muy valiente para llegar a matarte (o a intentarlo), y saber que llegan a tener esa valentía me llama la atención, porque no entiendo por qué no la utilizan en su día a día para superar esa sitación que les sobrepasa. ¿Por qué esa valentía si sale a la hora de suicidarse y no cuando se enfrentan a la stuación que les hace dejar de tener ganas de vivir?

    Y aquí es dónde mi cabeza ya no reflexiona, ya no entiende. Pero seguiré intentando entenderlo.

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